BIENVENID@S AL AULA ALPHA

AULA DE MEDITACIÓN


En este espacio podréis encontrar un lugar en el que hacerse consciente de uno mismo, y de todas las realidades multidimensionales que te afectan a ti y a todo el Universo. La meditación es LA HERRAMIENTA principal para la autoconsciencia y para la conexión con Todo lo que existe. Con las diferentes meditaciones guiadas que podrás encontrar en este Aula, tendrás un abanico de técnicas a tu disposición que te permitirán el avance de la Conciencia de forma más eficaz y Consciente. A través de la meditación, se alcanzan estados vibracionales lo suficientemente elevados para que te permitan la conexión con aspectos de ti mismo, que se encuentran en otras dimensiones y tiempos, pudiendo así regenerarlos y sintetizarlos en la Unidad que eres tú en el AHORA cuántico. Podemos sentir las experiencias y realidades más mágicas y espectaculares que podáis imaginar. Podemos garantizar por nuestra propia experiencia que sólo en estado de meditación puedes conocer a Dios y en esta Aula intentaremos contribuir en que lo conozcáis. ¿Estáis preparados para vivir las más mágicas aventuras que podáis soñar? Pues entonces adelante, abrid la puerta y entrad. Aquí se construye la magia de las Realidades. Feliz viaje valientes aventureros…

MEDITACIÓN DE LA DIOSA



Meditación de la Diosa



Introducción

Si estás haciendo esta meditación es porque estás preparada, para encarnar en ti a la divina presencia de la diosa, de ese aspecto de tu Ser que siempre formó parte de ti, pero que durante la andadura perdió o debilitó la conexión profunda con todos sus canales. Hoy es el preciso instante en el espacio y tiempo en el que habitas, para realizar la primera inspiración con sus pulmones, para dar tus primeros pasos con todos sus dones, para abrazar aquello que amas con toda el alma y nunca más dudar de tu divinidad, pues si estás aquí, preparada para recibir a la Diosa en ti, es que no hay más tiempo que esperar.
Respira profundo, abre tu corazón, siente sano tu útero creador y vive desde esta conciencia que siempre te aguardó, de este modo cuando nos unamos todas, nos reconoceremos, nos daremos las manos y formando un círculo de fuego, la tierra y el cielo serán idénticos.

Bienvenida al Gran Templo, feliz viaje…

(pausa)

Comenzamos…

Nos colocamos en nuestro espacio sagrado. Cerramos los ojos. Relajamos el cuerpo, comenzando por las extremidades, tronco y cabeza. Nos alineamos con nuestro Ser y con nuestros Guías, visualizando como nos acompañan
en este precioso y mágico viaje. Un increíble y poderoso haz de luz aparece proyectado desde lo más elevado de nuestro Ser y se instala asimismo en nuestro corazón. Es la voluntad de nuestro Ser Superior.
Continuamos conectados al ritmo de nuestra respiración. Ponemos toda la intención en relajar todos los músculos del cuerpo. Y entrar en un estado de total relajación.
Seguimos respirando, concentrados y en silencio, para alcanzar un estado de meditación profunda….

(pausa)

Está amaneciendo, la mañana se presiente acogedora, nos decidimos a hacer un largo paseo. Nos adentramos por un camino de tierra, vigilado por elevadas acacias. Los árboles a ambos lados del camino, parecen saludarnos, sentimos la voz silenciosa de sus palabras, advirtiendo que somos capaces de comunicarnos con ellos, sin siquiera pronunciar nada. El camino se estrecha e incluso parece difuminarse, como si no existiera rumbo, pues la vegetación ha comenzado a invadir el trayecto. A partir de este punto es necesario dejarnos guiar por los impulsos de nuestro corazón. Dejar que sea la intuición quien nos conduzca a no sabemos dónde. Así lo hacemos. Tocamos los troncos de los árboles y nos permitimos sentirnos atraídas por ellos. Así de árbol en árbol, vamos avanzando y conforme penetramos en el bosque, percibimos como todos nuestros sentidos se expanden.
Encontramos un regio Sicomoro, nos ofrece su amplia sombra, sentimos una gran alegría al verlo, lo recordamos, el Sicomoro siempre nos ofreció refugio para restablecernos de los días más duros.
Sentadas contra su tronco, nos dejamos invadir por su energía, firme, precisa, auténtica, de las que te hechiza. Así, arropadas por su copa podemos sentir, escuchar, oír la dimensionalidad de este paraje. Nos dejamos envolver por la energía que emerge por doquier. Nos sentimos amadas por la naturaleza. Nos sentimos más vivas que nunca.
Bajo la sombra del Sicomoro nos quedamos sintiendo…

(pausa)

De repente, sentimos una melodía arcaica. Parece música de otros tiempos, música antigua, tan antigua que no podemos reconocer el instrumento del que emana. Nuestro corazón se siente atraído por esas hermosas notas y sin poder detenerlo, nos seguimos adentrando, buscando el origen de la melodía. Cada paso que damos en la dirección acertada, sentimos la música más y más cercana, hasta que advertimos a unas antiguas mujeres tocando el arpa. Quedamos embelesadas. La melodía es tan arcana que nos inspira algo de melancolía. Observamos cómo se suman al acto otras mujeres de diferentes edades y tiempos, mientras unas tocan instrumentos, otras bailan y otras tantas, cantan. Es admirable la capacidad de todas para crear una escena de increíble belleza.
Sin necesidad de nada más, cada una ocupa su lugar y expresa su forma de amar. La realidad que crean es tan singular que sentimos una gran atracción por integrarnos en el grupo como una más y así lo hacemos. Nos dejamos llevar por la armonía que la música imprime a nuestro cuerpo y sin resistencias, expresamos todo lo que llevamos dentro.
Sentimos la libertad y el goce que la armonía deja grabada en nuestras células.

Sentimos…

(pausa)

Unos tambores lejanos provocan que continuemos investigando, así descubrimos un círculos de mujeres golpeando la piel al ritmo de la propia tierra. Escuchamos la profundidad que imprimen con su tesón, con la fuerza que canalizan hacia el mismo corazón. Algunas de ellas danzan golpeando sus pies contra el suelo, mientras gritan, recordando el dolor y las heridas de todas las mujeres muertas y vivas, que en este planeta habitan, sin olvidar a ninguna de ellas, jamás.
Nos añadimos al grupo y sin dudarlo gritamos juntas, lloramos juntas, crecemos juntas, nos colaboramos, nos apoyamos, nos reímos cuando alguna de nosotras recupera la alegría y grita que vuelve a estar viva.
Los tambores entonces se aceleran, arde fuego ancestral en una hoguera, se lanzan aromas, se respira el poder de las abuelas, se sanan las heridas, se narran historias de pura vida, mientras los tambores no cesan y las lágrimas de dolor riegan las profundidades de nuestra madre tierra.

(pausa)

De repente comienzan a llegar más mujeres, jóvenes, mayores, niñas, adolescentes. Unas tenemos alma de guerreras, otras de madres, otras tantas se presienten artesanas, otras muchas escribanas, las hay también muy magas y por supuesto aparecen muchas brujas y chamanas. Sea cuál sea nuestra naturaleza, todas nos sentimos de la misma familia.
Creamos un círculo femenino, tan rico y diverso como rica es nuestra experiencia.
Así con la fuerza y el poder de nuestro útero, recitamos al unísono este reconocimiento:

Para las grandes mujeres de todos los tiempos y edades,
para las que supieron elegir y vivir de acuerdo a los pasos
de su corazón y también para las que aún hoy no.
A todas ellas, fuéramos niñas princesas, magas, maestras o guerreras,
jóvenes sensatas, locas, drogadas o sanas,
a todas las solteras, viudas, divorciadas o en pareja,
a las más fervorosas amantes, amadas o abandonadas,
y a las que por dinero se abren de piernas.
A todas las madres, las que paren y las que no lo hacen,
A las mujeres de su casa y de su
familia, sea una familia ejemplar
como dictan los cánones, o una familia monoparental,
homosexual o como a ellos les dé la gana crear un hogar.
A todas las mujeres trabajadoras, dentro y fuera del hogar,
a las más emprendedoras, artesanas y creadoras
y a las que trabajan para los demás.
A todas las mujeres que humillaron,
vilipendiaron e incluso a las que ya no están,
por que se suicidaron o las asesinó el poder patriarcal.
A todas las mujeres ricas, poderosas, dependientes, independientes,
altivas y jocosas, operadas o libres de opiniones de otras miradas,
a las que con velos o burkas se tapan,
a las que se visten para la danza, para el deporte, para el éxito o para la fama.
Y como no, para todas las flamantes abuelas,
a las que les aprietan las canas y a las que con sus canas se hacen un jersey de lana,
a todas las viejas ancianas que se han bregado una vida de guerras,
en definitiva a todas las mujeres que ocupamos,
vivimos y resistimos, en cada rincón de este planeta
y por más que pasen los años, podemos mirar a los ojos
para sonreír y olvidarnos de todo,
porque nosotras lo que mejor sabemos hacer es AMAR.


(pausa)

Tras este profundo reconocimiento de quiénes somos y de nuestro poder de sanación, comenzamos a desnudarnos, mientras continua sonando la música, nos deshacemos de todo lo que llevamos, y con el cuerpo totalmente desnudo, sentimos el templo en el que habitamos. Respiramos profundamente, abriendo nuestra alma a todo lo que existe, sabiéndonos mujeres sanas y libres para recibir a la Diosa.
Una a una nos colocamos en el interior del círculo, mientras dejamos que la Diosa hable con nuestra voz, respire con nuestra alma y viva en nuestro corazón.

Yo, divina presencia
misterio y esencia,
del hermoso útero que engendra,
pura vida y conciencia.
Yo, divina,
viva o muerta,
amante y anhelante,
de espacios vacíos
de almas gestantes de vida.
He aquí mi presencia,
mi gozo y toda mi ciencia,
para que vosotras
quienes ardientes de alma,
encontrasteis la divina piedra,
la que yo escribí,
con mis propias manos,
con mis amorosos pasos,
con todo lo que fui.
Yo, divina presencia,
os entrego todo lo que viví,
esta es mi historia,
pues es también la vuestra,
es del todo nuestra,
es lo único, que se halla en la cueva,
en ese espacio negro,
que al ser llenado de luz,
la vida emerge,
y nace el divino corazón.
Yo, divina presencia
misterio y esencia,
os cubro con el manto
de mi divina conciencia.

(pausa)

Ahora somos conscientes de que la Diosa ha encarnado en nosotras, mientras ella es Cielo y nuestra alma es Tierra, unidas regresamos a nuestra esencia, sin más dudas ni condenas, sin más heridas ni cadenas, libres como la vida nos exige. Sanas con el amor de todas nuestras hermanas. Poderosas como lo es la misma Diosa.
Invadidas por la hermosa energía de la conciencia divina, regresamos, mientras observamos cómo se agota el día y comienza a anochecer.

Al alcanzar el regio Sicomoro, nos podemos evitar abrazarlo con sumo agradecimiento. Hablamos alma con alma, deseamos que el Gran Árbol sienta nuestra sanación y nuestra libertad. Sentimos alegría, sentimos ganas de ser creativas, sentimos a nuestro útero palpitar de vida. Sentimos que no existe nada que pueda restar nuestro Verdadero Poder, así empoderadas salimos al camino, dando pasos firmes, de mujer humana como la que más y divina hasta la eternidad.

(pequeña pausa)

Poco a poco, sentimos como regresamos. Respirando profundamente la vivencia que acabamos de protagonizar.
Sentimos las extremidades, el tronco y la cabeza, y conectadas con la Tierra… lentamente podemos ir abriendo los ojos…

 TEMPLE INANNA
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MEDITACIÓN DE CONEXIÓN LOS ARCANOS MAYORES



Técnica Facilitada por:

Temple Inanna

MEDITACIÓN DE CONEXIÓN CON LOS ARCANOS MAYORES


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La siguiente Técnica Holística de Meditación, tiene el objetivo de conocer, comprender y conectarnos con los 22 Arcanos Mayores que forman la columna simbólica de la psique humana, el camino y las fases que toda persona experimenta a lo largo de su vida.
Meditar con los Arcanos Mayores, nos ayuda a profundizar en nuestra psicología y espiritualidad y resulta ser una sorprendente forma de autoconocimiento. Así pues en esta meditación vamos a tomar contacto con cada uno de estos impresionantes arquetipos que son y así se muestran, nuestro propio camino de evolución.

(pausa)

Comenzamos…

Nos colocamos en nuestro espacio sagrado…
Cerramos los ojos…
Relajamos el cuerpo, comenzando por las extremidades, tronco y cabeza…
Nos conectamos con nuestro ritmo de respiración y con nuestro Corazón Sagrado…
Sentimos como nuestra esfera de conciencia, penetra dentro del Corazón, abriéndose paso
lentamente…
Solicitamos la presencia de nuestro Séquito de Luz y visualizamos como nos acompañan estos
magníficos seres en este precioso y mágico viaje…
Un increíble y poderoso haz de luz aparece proyectado desde lo más elevado de nuestro Ser y se instala asimismo en nuestro Corazón. Es la voluntad de nuestro Ser Superior.
Continuamos conectados al ritmo de nuestra respiración…
Ponemos toda la intención en relajar todos los músculos del cuerpo…
Y entrar en un estado de total relajación…
Seguimos respirando…
Concentrados y en silencio…
Para alcanzar un estado de meditación profunda….
Mientras sentimos el firme propósito de profundizar en nuestro interior, allí donde se encuentra todo lo que hemos sido, somos y seremos…

(pausa)

De repente nos convertimos en un ser muy muy pequeño, tan pequeño que casi nos cuesta apreciarnos, nos sentimos ligeros, tan ligeros que nos damos cuenta que podemos volar. Con esta nueva forma advertimos que nos va a permitir explotar nuestro interior, y con esta intención nos colocamos frente a nuestro centro energético Corazón. Observamos que delante nuestro tenemos una hermosa puerta de cristal, y una llave en nuestra mano. Somos conscientes que vamos a poder abrir y de este modo conocer a nuestro Ser, a unos niveles de profundidad que nunca antes habíamos alcanzado.
Con la alegría que esto nos produce, colocamos la llave en la cerradura de la hermosa puerta, que nos conducirá, a un encuentro decisivo para nuestra evolución.

(pausa)

Tomamos aire…
Y giramos la llave. La puerta se abre de par en par. Hace tiempo que alguien nos espera detrás de esta puerta. El Arcano con el símbolo de EL LOCO nos sonríe y nos da la bienvenida. Nos explica lo feliz que se siente de que por fin, hayamos dado con él y hayamos decidido alcanzar la consciencia de nuestra propia evolución.
Nos coge de la mano y nos lleva por una preciosa cala al amanecer. Nos detenemos a la entrada de una gruta, sé que aquí están mis Arcanos, estas preciosas entidades que nos han acompañado en cada paso, en cada instante de nuestra evolución.
El Loco y Yo nos miramos a los ojos, profundamente, nos sentimos, somos UNO y así anclados entramos en la gruta.

(pausa)

Lo que vemos es tan hermoso que no nos lo podemos creer. La gruta es un enorme círculo que sostiene en sus rocas los cristales más puros e iridiscentes que hayamos visto jamás, y que destellan haces lumínicos de todos los colores.
Nos damos cuenta que hay 21 arcos en nuestra gruta y un anillo central. Nos colocamos en este anillo central, desde donde podemos ver los 21 arcos.

(pausa)

De repente de cada uno de los arcos aparecen cada uno de los Arcanos o Arquetipos vestidos con su Símbolo, podemos ver al Mago, a la Sacerdotisa, a la Emperatriz, al Emperador, al Hierofante, a los Enamorados, al Carro, a la Justicia, al Ermitaño, a la Rueda de la Fortuna, a la Fuerza, al Ahorcado, a la Muerte, a la Templanza, al Diablo, a la Torre, a la Estrella, a la Luna, al Sol, al Juicio y al Mundo.
Nos quedamos impresionados por la Sabiduría que desprenden cada una de estas Arcanas Entidades.

(pausa)

Deseo conocerlos y conocerme. Con ese firme propósito, lanzo desde el centro de mi corazón un haz de luz al corazón de cada uno de ellos, y a su vez de cada Corazón de ellos es lanzado otro haz de luz hacia todos los Corazones, de esta forma se crea una red lumínica geométrica tan hermosa que se asemeja a un precioso mandala. Sentimos como la fuerza y la sabiduría de todos los Arcanos inunda nuestras células, dándonos una vibración en todos nuestros átomos que hace que nos elevemos hasta el Centro del Universo, y allí nos quedamos sintiendo esta nueva apertura a nuestra totalidad.

(pausa larga)

Con este nuevo sentir en el que las fuerzas Arcanas y Nosotros somos UNO y anclados en este nuevo caminar, volvemos a hacernos conscientes de nuestra respiración.
Poco a poco, es el momento de comenzar a  tomar conciencia de nuestro cuerpo…
Integrados en la nueva vibración y conectados profundamente a Gaia, ya podemos de regresar, lentamente, a nuestro ritmo…
Sentimos las extremidades… El tronco y la cabeza…
Y poco apoco vamos abriendo los ojos…

Bienvenidos a la vida consciente!!!


Texto y Narración a cargo de Núria Gómez y Carmen Millán


TEMPLE INANNA
www.templeinanna.blogspot.com
templeinanna@gmail.com

 Nº Registro: 1608178939901

MEDITACIÓN CON NUESTRA CARTA NATAL


Técnica facilitada por:

ESCUELA ESCUELA COSMOSÓPHICA


MEDITACIÓN CON NUESTRA CARTA NATAL



La siguiente Técnica Holística de Meditación, tiene el objetivo de conocer, comprender y conectarnos con el instante de nuestro nacimiento de la 3ª Dimensión. El Alma está preparada. Ha decidido volver a encarnar. A partir de este momento, se pone en marcha la búsqueda de la sincronicidad y la causalidad para que nuestra Alma encaje primero en su propio puzle, aquello que ha sido, es y será. Después en el puzle que forma su familia, aquella en la que ha decidido nacer. También en el puzle social, aquel que define el país, la religión, la cultura… el lugar en el que se desarrollará, y por supuesto, en el inmenso puzle de la humanidad, donde tiene una misión importante que realizar. Por último, en el puzle del inconsciente planetario, todo aquello que hoy no puede ver ni saber.

Todo ello, nuestro Plan de Vida, lo que Somos, donde están marcadas las metas y los propios límites, lo escribimos en un papel muy especial: “el Cielo”, el único lugar donde jamás se podrá dañar, romper, olvidar o extraviar. Ahora sólo tenemos que esperar a que el momento en el que aquello que tenemos que contar, se plasme en la sincronicidad y en la causalidad de todo lo que existe, entonces ya podemos salir al Mundo, para así enriquecernos y enriquecerlo.
En el momento en el que llegamos a este Mundo, el Universo nos regala nuestro escrito, y lo hace en un instante preciso de su continuo movimiento. Lo captamos y ahí estamos, el Universo y Nosotros siendo UNO. En ese justo instante, ambos estamos expresando lo mismo, una gran belleza sólo visible para aquel que sepa leer.
Las Constelaciones y los Planetas nos hablan y explican que se han colocado en nuestros puzles, para susurrarnos todo aquello que no podemos olvidar.
Nosotros somos un instante capturado de lo más grande y hermoso de la creación, somos todo eso y mucho más, no lo podemos olvidar.

Hoy podemos volver a ese instante y recordar. Vamos a ello…

(pausa)

Comenzamos…

Nos colocamos en nuestro espacio sagrado…
Cerramos los ojos…
Relajamos el cuerpo, comenzando por las extremidades, tronco y cabeza…
Nos conectamos con nuestro ritmo de respiración y con nuestro Corazón Sagrado…
Sentimos como nuestra esfera de conciencia, penetra dentro del Corazón, abriéndose paso
lentamente…
Solicitamos la presencia de nuestro Séquito de Luz y visualizamos como nos acompañan estos
magníficos seres en este precioso y mágico viaje…
Un increíble y poderoso haz de luz aparece proyectado desde lo más elevado de nuestro Ser y se instala asimismo en nuestro Corazón. Es la voluntad de nuestro Ser Superior.
Continuamos conectados al ritmo de nuestra respiración…
Ponemos toda la intención en relajar todos los músculos del cuerpo…
Y entrar en un estado de total relajación…
Seguimos respirando…
Concentrados y en silencio…
Para alcanzar un estado de meditación profunda….
Mientras sentimos el firme propósito de profundizar en nuestro interior, allí donde se encuentra todo lo que hemos sido, somos y seremos…

(pausa)

De repente nos sentimos preparados para realizar un hermoso viaje. Para ello nos interconectamos con la puerta más profunda y oculta de nuestro Ser Interior. Fluimos en el Manantial del Corazón hasta dar con la Puerta Sagrada de nuestro Ser. Nos hallamos ante el vórtice de Luz que nos anuncia que podemos penetrar cuando lo deseemos. Damos un firme paso y cruzamos al otro lado. Para nuestra sorpresa, nos encontramos en un precioso Bosque. Se trata del Bosque más hermoso que jamás hayamos podido contemplar.
Observamos sus colores, su fauna, sus sonidos, sus cascadas, mientras caminamos en silencio… Permitimos que la música nos envuelva.

(pausa)

Alcanzamos una zona en la que se nos aparece un atractivo camino, con altos y frondosos árboles a los lados, generando una estampa de paz, belleza y color. Nos colocamos en el camino y comenzamos a pasear.
Advertimos que el camino nos está conduciendo hasta nuestra casa espiritual, aquella de la que en su día partimos y a la que volveremos en su momento, sin dudar.

Por fin hemos llegado, la observamos bien, pues Ella Soy Yo y Yo Soy Ella. Entro por la puerta y observo todos los detalles del interior. Es muy importante recordar cómo es nuestra casa por fuera y por dentro. Alcanzamos a ver unas escaleras que descienden hacia el pasado. Sabemos que si descendemos podemos regresar en el tiempo. Nos colocamos en el primer peldaño y muy poco a poco, las empezamos a bajar.
Al hacerlo nos damos cuenta de que cada peldaño nos hace retroceder un año de nuestra vida. Así que descendemos tantos peldaños como años tenemos. Uno a uno, conscientes del proceso de regresión que estamos viviendo.
Permitimos que el pasado nos devuelva la memoria de hermosas experiencias. Las abrazamos y seguimos descendiendo. Contamos tantos escalones como años tenemos.

(pausa)

Al llegar a nuestro año cero de vida, nos encontramos ante una pequeña ventana. Nos asomamos a ella y al hacerlo vemos como somos capaces de mirar con los ojos del Alma. Justo en este instante está naciendo un bebé. Es un bebé hermoso que llora reclamando la atención de su madre. Mientras esto sucede el Alma se hace consciente de que ha encarnado en un nuevo cuerpo. Acabamos de llegar a este Mundo. Un Cielo increíblemente precioso se abre ante los ojos de nuestra Alma. Tenemos la sensación de que el tiempo se ha detenido para captar el espacio. Nos da la sensación de estar en absoluta comunión con el TODO. Una bella explosión de Verdadero Amor nos invade.
Nos sumergimos profundamente en este justo instante y volvemos a sentir la unicidad del UNO. Ahí y sólo ahí podemos escuchar estas palabras:

Abre los ojos hijo, ábrelos y observa, ante ti está todo lo que puedes llegar a ver.
-          Que no ves nada ¿dices…? No puede ser!!!
Camina, no te detengas. Mira, siente, vacila, experimenta. Camina hijo, camina, expresa, cáete, levántate, reflexiona, eleva. Camina hijo, camina. Construye tu Vida, aunque los ojos no vean, dibuja en el rostro del planeta, lo que tu Corazón quiera. Sólo así El Mundo te abrirá sus infinitas Puertas.
¿Lo ves ahora hijo…? ¿Lo ves…? Sólo el que Observa lo puede saber.


(pausa)

De repente nos vemos en el centro de un círculo, desde donde podemos ver las estrellas, los planetas, las constelaciones. Todo perfectamente ordenado en un cuadro cuya belleza no tiene parangón con nada conocido. Estamos presenciando de forma consciente nuestro retrato en el Universo. Es el regalo que el Cielo nos ofrece por nuestro nacimiento.
Lo sentimos. Sentimos un estallido en el Corazón, tan grande, que no podemos dejar de llorar de la alegría que nos produce este magnífico espectáculo. Bailamos al ritmo de la música con todos los planetas, con las estrellas, con las constelaciones y con todas las entidades que nos acompañan.
Gritamos: gracias, gracias, gracias Universo, sin dejar de bailar…

(pausa)

Durante la celebración de mi nacimiento en esta vida, me permito sentir el Amor en estado puro que esta energía divina me produce.
Me conecto conscientemente con mi Ser, a través del regalo del Universo. Con el objetivo de nunca olvidarlo, guardo el sentir en cada una de mis células.
HOY y AHORA todos los días del resto de mi vida RECUERDO QUIÉN SOY Y CUAL ES MI PROPÓSITO DE VIDA.
Repito para reafirmarlo: YO HOY RECUERDO MI PROPÓSITO.
Con la certeza que a partir de este momento, mi comunicación interior es fluida y consciente, dejo de mirar por la ventana, sonrío valorando la Luz de mi Alma y regreso al punto de partida, subiendo lentamente de nuevo todos los escalones, hasta llegar al presente.


(pausa larga)

Salgo de mi casa espiritual y vuelvo a cruzar el vórtice de la Puerta Sagrada, llevando conmigo el Plan Divino de mi Propósito de Vida, la imagen del instante de mi nacimiento y las fuerzas planetarias y constelares que me ha regalado el Cielo. Poco a poco me conecto con la respiración de forma consciente y con el cuerpo…
Integrados en la nueva vibración y conectados profundamente a Gaia, ya podemos regresar, lentamente, a nuestro ritmo…
Sentimos las extremidades… El tronco y la cabeza…
Y poco apoco vamos abriendo los ojos…


Bienvenidos a la vida consciente!!!

Texto y narración a cargo de Núria Gómez y Carmen Millán

TEMPLE INANNA
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PORTAL 777



VIAJE INTERIOR HACIA EL EMPODERAMIENTO


¿Dirigentes de nuestra vida o dirigidos? ¿Responsables o dependientes? ¿Libres o apegados? ¿Egoicos o Logoicos?
Comenzamos con estas preguntas claras y concisas, ya que por sí mismas contienen la respuesta. El Viaje Interior hacia el Empoderamiento es la dirección clara que nos conduce hasta el YO ESENCIAL. Dejamos de ser piezas de un puzle movido por los hilos del falso poder y pasamos a ser la pieza completada y colocada en su lugar, con consciencia de que también somos el puzle. Es decir, ahora tenemos la capacidad para reconocer esa pieza que somos dentro de un TODO y también podemos identificarnos con ese TODO del que formamos parte vital, como seres únicos e irrepetibles.

El Portal de Hoy, nos muestra la entrada al nuevo Paradigma Social. En este Paradigma, el Empoderamiento del individuo como tal, es esencial. ¿Cómo definir empoderamiento…? Empoderarse es tomar el Poder. Es saber quién eres. Qué has venido a hacer. Qué lugar ocupas en el puzle. Empoderarse es regresar al hogar completo de quién eres. Es recuperar a tu familia original, a tu Ser, es recuperar tu verdad. Empoderarse es, en definitiva, SER y sólo siendo, podemos HACER y PENSAR en coherencia con quienes SOMOS.

A lo largo de nuestro caminar sobre la línea de tiempo como alma, hemos vivido de todo. Hemos sido el que mueve los hilos, el que se somete y el que corrige dicho exceso o defecto de poder, buscando el equilibrio del SER.
En esta meditación, trataremos de transformar definitivamente el supuesto origen del conflicto de poder de nuestro tiempo, que se inició en la Antigua Roma, donde se definieron las normas y leyes de un Sistema del que todavía, a fecha de Hoy, somos esclavos. Desde entonces hasta ahora, ha pasado mucho respecto al camino evolutivo individual, en cambio no tanto para el inconsciente colectivo planetario, que sigue sin identificar su individualidad y se mueve a través de la inercia del colectivo. Afortunadamente, somos muchos los individuos que nos hemos despertado a una verdad superior y entre todos hemos formado una perfecta alianza de verdadero poder, que ha conseguido dar equilibrio a ese inconsciente colectivo y HOY podemos asegurar, que ha tomado las riendas del PODER, con el objetivo de convertirse en los intermediarios entre el Cielo y la Tierra. Son tiempos de que las fuerzas celestiales encarnen en nuestro planeta, de que la sabiduría chrística penetre en cada uno de nosotros y de que el falso poder caiga con la misma fuerza con la que fue creado. Es tiempo de dar un giro vital.

Comenzamos…

Conectados con nuestra fuerza vital, unimos nuestro corazón con el corazón del planeta y sentimos esa comunión como un lazo indestructible. Gaia se siente alegre y nos entrega toda su fuerza para llevar a cabo este trabajo, pues ella ha sido testigo directo de todo nuestro paso por la tierra. Le pedimos que nos acompañe en este viaje que realizaremos a los largo de la línea de tiempo y siendo uno y dos a la vez nos sumergimos en la magia de los mundos intangibles, con respeto y gratitud.

(pausa)

En un espejo que guardo en la cueva de mi Alma, me observo con detenimiento. He decidido mirarme de frente, como nunca antes lo había hecho. El espejo vibra, llamando mi atención. Me acerco con la sencillez de mi intención y con una clara idea… sea lo que sea que no deba acompañarme, tengo que identificarlo. Me reflejo entre destellos lumínicos que no me dejan ver nítida mi imagen. Ondulaciones extrañas, provocan que no se defina mi Alma.
Fijo la intención y fijo la mirada, por fin la imagen es nítida y clara. Soy Yo.

(pausa)

Puedo ver una parte de mí, es anciana, siquiera tiene nombre, es una parte que tiene que transformarse si quiere volver a vivir. Me conecto con esa parte, con la que se aleja de lo que mi Gran Alma quiere vivir. Sin esta parte no puedo ir más allá de lo que ya conozco de mí. Es necesario que acepte todo lo que contengo. Así decido conectarme con este residual que llevo conmigo y que siempre sufre por miedo. Al hacerlo, siento asco de todo, de quien soy, de quien fui y de quien pudiera llegar a ser. Las circunstancias han vuelto a superarme y la vida, sin siquiera apiadarse, me vuelve a llevar a un lugar en el que no quiero estar.
El caos me envuelve. Me sujeta fuerte. Me sacude. Me invierte. Me abandona a mi suerte. Siento como se zarandea todo, absolutamente todo lo que habita en mí- es ese sistema de valores, de creencias, de posiciones… los dogmas, los arquetipos, todo, absolutamente todo, se resquebraja y comienza a caer. Nada se sustenta ya en nada, todo perece. Me fijo, parece que yace inerte, sin base. Sin nada que le continúe alimentando.
Lo estoy comprendiendo… los pilares en los que mi Alma se fundamentó, están agrietándose. Escucho el ruido que me certifica que las bases se están rompiendo a gran velocidad. Voy a caer. Vamos a caer. Me detengo… escucho… parece un terremoto interior… lo tengo claro… todo dentro de mí se está destruyendo…
Nada es ya lo que parece. Nada es tal cual siempre fue. No me resisto. Me abandono aún más si cabe al proceso que ha comenzado dentro de mí. Dejo que el terremoto sacuda todo mi Ser. No existe ninguna resistencia en mi Alma. Me entrego. Gaia también.
Permanezco y siento mi mundo interior caer a pedazos…

(pausa)

De repente, algo sucede, me veo transportado en el tiempo. Una fuerza me catapulta hacia algo que me sucedió en el pasado. Siento vértigo de lo que ello supone. No me resisto. Fluyo en la dirección de la fuerza. Siento su poder y como me envuelve de todo aquello que Hoy es necesario resolver.
Algo me dice que es necesario conectar con el origen de todo. Un episodio transcurre ante mis ojos.
Siento como una parte de mí, comienza a identificar lo que ocurre.

Escucho gritos en la calle. Alguien me empuja mientras me dice: “Vigila Estúpido”. Doy un traspiés y me subo a la acera. En ese instante se cruza un carro tirado por dos veloces caballos, que no tienen intención de detenerse, obedecen órdenes de un conductor que le importar poco quien se cruza en su camino. Estoy convencido de que me hubiera arrollado, sino me aparto. Siento gratitud por la persona que me ha avisado.
Reviso mi entorno, por vez primera me doy cuenta que he sido catapultado a otro espacio y otro tiempo. Mujeres, hombres, mendigos, ricos, niños y adolescentes, se cruzan ante mis ojos.
Advierto como unos mercaderes, están discutiendo en el mismo centro de la plaza donde me encuentro. Me quedo absorto con la discusión, al tiempo que me acerco. Parece que están a poco de agredirse. Siento que tengo que impedirlo. Uno de ellos amenaza al otro con una arma. La gente mira y no hace nada. Se arremolinan ante la escena. No me lo puedo creer… soy testigo de cómo la ira se apodera de uno de los individuos, parece que está dispuesto a  arrebatarle la vida. Nadie llama a la policía. Nadie hace nada. Nadie interviene para detener ese impulso. El agredido se asusta y no reacciona ante aquella amenaza.
De repente, otro mercader se alía con el agresor y le insta a matarlo:
-     Vamos… No te detengas… Hazlo… No puede especular con los precios de ese modo… Siempre acaba sacando más mercancía que el resto. No tiene escrúpulos – grita.
-     El precio de mis productos es justo, el vuestro no – intenta explicarse el mercader acorralado balbuceando de miedo ante sus energúmenos compañeros.
El agresor sigue amenazando. El cuchillo flota en el aire, empuñado y listo para ser asestado en el pecho de quien cree su contrincante.
No me lo pienso más. No dudo. Doy un salto. Me lanzo sobre el agresor y de un empujón, consigo apartarlo, en el preciso instante en el que su brazo ya dirigía con la fuerza suficiente, su clara intención de dar muerte.
Lo que ocurre luego, es imposible de describir. Siento el instinto de la lucha en mí. Siento que soy el observador. Siento que soy el agresor, pero también siento que soy el agredido. Soy todos ellos y no soy ninguno. Me pregunto: - ¿Pero entonces quien soy…?
Permanezco y siento que la respuesta la guardo en un lugar remoto de mi Corazón. Gaia sonríe a mi lado… detiene el tiempo. Nos sumergimos en el espacio y allí, con la mirada del Alma, nos comunicamos.

(pausa)

En ese espacio en el que me encuentro acompañado de Gaia, pongo orden a mis emociones. Nada es lo que parece. Entonces… Gaia me susurra al oído:
-     Todas tus estructuras se han derrumbado. No eres el mismo, por eso puedes vivir en el cuerpo del agresor, del agredido y del observador. Dime… ¿qué crees que precisa el agresor…?
-     La Conciencia de la Ley – le digo a la vez que asiento - . Precisa conocer la consecuencia de sus actos y de cómo estos si no los diriges bien, te mandan al pozo de tu propia oscuridad.
-     Es muy cierto… ¿Y cómo crees que sabes eso…?
-     Sólo lo puedo saber por haber sido agresor también…
Gaia nos vuelve a sonreír y sigue preguntando:
-     ¿Y qué crees que precisa el agredido…?
-     El agredido precisa sentir su poder en sí, que nada ni nadie es más poderoso que él. Que no es la víctima del agresor, sino de su falta de posición. Cuando ocupe su sitio, desaparecerá el agresor. Lo sé porque yo también fui víctima de mi inseguridad interior.
-     Y por último ¿qué crees que precisa el observador…? – me pregunta la bella entidad planetaria, que no deja de sonreír.
-     El observador sólo precisa saber que es amor, que es experiencia, que es perdón, que es el maestro de esa trinidad que habita en sí. Sólo necesita mostrar la coherencia de su profundo sentir. Nada más.
De nuevo el tiempo comienza a correr. La escena sigue su ritmo pero no su desenlace. Cuando el Yo del Observador interviene, la obra se reescribe, pero para que eso suceda, el Yo del agresor tiene que perder su poder. Y el Yo del agredido tiene que posicionarse en su sitio. Sólo entonces ninguno y los tres, caminarán a la vez, siendo UNO.
Gaia, vuelve a sonreír, lo hemos comprendido. Quiere que esa transformación interior, la llevemos a todos los planos y dimensiones, pues sólo así, lo invisible puede hacerse visible.
Sentimos la consciencia palpitando eterna en nuestro corazón.

(pausa)

Siento el UNO en mi Corazón y como al sentirlo, Gaia parece iluminarse. Me abraza y me dice que ahora su Sol, es también mi Sol. Sonreímos, al tiempo que caminamos unidos por un Prado de verdes exquisitos. Flores, mariposas, gorriones, arbustos llenos de frutos, árboles caducos, cascadas de dulces aguas, se cruzan a nuestro paso. Los aromas no pertenecen al mundo que hasta ahora conocíamos, son especiales, son intensos, son dulces mensajeros, que nos despiertan recuerdos que nuestra Gran Alma guardaba muy adentro.
Alcanzamos un inmensa explanada. Allí encontramos a nuestros compañeros de viaje, de todas las dimensiones y tiempos. Holmish, elementales, tótems, animales, ángeles, guías, maestros, millares de seres humanos, que como nosotros han alcanzado a llegar hasta este enclave precioso.
Nos abrazamos con todos. Sentimos a nuestra familia espiritual, como nos recibe y nos recuerda lo mucho que nos hemos encontrado a faltar. Nadie está perdido. Todos sabemos que nuestro Hogar está apunto de desvelarse. Sentimos alegría en nuestros corazones. Bailamos unos con otros. Dejamos que la brisa comparta con nosotros, esa sintonía que nos abraza a todos.

(pausa)

Una increíble Puerta se abre ante nuestros ojos. Estamos desnudos. Libres de Todo. El pasado quedó en nosotros, volcado como un precioso diamante experiencial. La Puerta no precisa de llave, sólo de verdadera intención para cruzar. Uno a uno caminamos hacia el umbral. Estamos seguros de lo que vamos a hacer. Sentimos un gran amor por todo.
Es nuestro turno. La luz lo cubre Todo, hasta tal punto que sólo podemos ver con los ojos del Corazón. Caminamos, cruzando la Puerta hasta el otro lado. Permanecemos en absoluto silencio, permitiéndole al Alma llenarse de gozo. Estamos ante Dios porque ahora Dios está en nosotros.

(pausa)

Cuando volvemos a recuperar la consciencia de nosotros como un Todo, advertimos que Gaia es muy diferente a como estábamos acostumbrados. Su luz es otra, su vibración contiene música, su Gran Alma lleva un vestido muy diferente. No existen en ella nodos, ni fronteras que definan culturas, razas, civilizaciones, etc.. Todo es UNO y como Uno, se convierte en el Sagrado Hogar de Todos.
Sigo caminando a su lado. Nos acercamos a un lugar precioso, desde donde puede observarse el cosmos. Tomamos asiento uno junto al otro. Contemplamos el Cielo. Sentimos bajo nuestro pies la Tierra que pisamos.
-     Sabes… - me dice Gaia – estamos bajo el mismo Cielo que nos amparó en toda la Línea de Tiempo, en la que hemos tomado madurez. ¿Lo ves…? Es precioso.
-     Si, lo puedo ver. Sabes… - le digo – estamos sobre la misma Tierra que nos amparó desde el primer día que comenzamos a tomar experiencia en este planeta. ¿La sientes…? Es mágica. Eres tú.
Nos reímos ante la seguridad de que ese Cielo y esa Tierra ya no tienen nada que los separe. Ahora como vehículo intermedio entre ambos, sabemos que el Cielo está presente en la Tierra. Podemos sentir la magia y la madurez gobernar como unidad, construyendo una nuevo paradigma en el que continuar.

(pausa)

Lentamente, abrazados a nuestro nuevo y cálido Hogar, recuperamos la consciencia de esta dimensión material y nos quedamos en silencio, acompañados por la paz y por la música.

Texto y Narración a cargo de Núria Gómez y Karme Millán
Temple Inanna

 Nº Registro: 1311219873447